Siempre quise ir a Japón. Su cultura no deja de sorprenderme y de intrigarme. Creo que si algún día logro conseguir el dinero necesario para viajar muchos días recorrería todas sus islas. Mientras sueño me la paso leyendo mangas, novelas y algo de historia japonesa. Tambié veo anime, doramas, películas y documentales (¡hasta me aprendí algunas palabras!) pero sobretodo leo éste blog: Kirai Net que me parece genial.
Kirai Net trata sobre cultura, tendencias y curiosidades sobre el país del sol saliente. Lo escribe un español que trabaja y vive allí hace bastantes años ya y por lo que tengo entendido publica libros sobre su experiencias con Japón y ya ha obtenido varias menciones y premios.
¡Se los recomiendo!
En unos días haré un post sobre lo que leí y vi que valió la pena por si el tema les interesa.
Hola, ¿cómo están? Quería pedirles disculpas por no haber aparecido estas últimas semanas. Mis manos están mucho mejor, por lo tanto estoy estudiando múcho más piano. Siento que me la paso en el kinesiólogo y en la facultad. Me siento también un poco confundida porque últimamente las clases me aburren y hasta llegué a pensar que es una pérdida de tiempo ir a veces. Siento que sería mucho más productivo estudiar sola piano y lo demás con libros y partituras. Obviamente hay un par de materias que son geniales pero bueno, supongo que en una carrera las cosas son siempre así. Hay cosas que nos gustan y cosas que no.
La casa es un desastre porque mi hermano estuvo juntándose todos los días con sus compañeros para estudiar para sus parciales y parece que le tuvieron bastante miedo al detergente y a la escoba.
Éste domingo la voy a pasar bastante mal limpiando, pero bueno con un poco de música…
Ah! y una persona muy importante para mí se recibe hoy y estoy muy contenta de que termine ésta etapa. Ya compré serpentinas y espuma en el cotillón. ♥
La luz a la mañana. Desayunos con el pan casero que hago con mi mamá y con el té que me trajo. Dr. Copy durante horas. Mi cielo al acostarme. EL HANON. La sopa del domingo que hace Tomi. El pan de miel y especias en preparación. Yo. Las cabras con los chicos. Las pastas ricas que me hizo Nani y una persiana.
Les dejo una reseña que escribió mi amiga Andrea para una revista ecuatoriana sobre el concierto de la semana pasada de Regina Spektor en Buenos Aires.
Con 15 grados centígrados, el campo del Club de Gimnasia y Esgrima de Buenos
Aires (GEBA) iba recibiendo a la gente. Faltando una hora para que comience el
concierto, hacíamos fila para comprar un café y contrarrestar el frío inesperado de la
noche del 6 de abril. Mientras seguía llegando la gente, Jack Dishel y su proyecto
Only Son abrieron el espectáculo. Con la poca atención de todos, que estaban más
preocupados por comprar algo de comida, café o encontrar un buen lugar donde se
viera todo el escenario, Only Son y su guitarra acompañaban la noche con su música,
que aunque desapercibida, iba creando el ambiente tranquilo que se mantuvo durante
toda la noche.
Al salir Only Son del escenario, la ansiedad del público se empezó a sentir, cada
uno tomó su lugar, sin empujar ni golpear, en el amplio campo que había para los que
habíamos pagado la entrada más barata, y con solo 30 minutos de retraso Regina
Spektor salió al escenario y tomó su micrófono. Sin decir una palabra empezó a cantar
Ain’t no cover y ella sola con su voz a capella y su dedo golpeando el micrófono silenció
a la multitud durante los 2 minutos que dura la canción. Después de un “Gracias” en
español, saludó al publico, agradeció nuestra presencia y bromeó un poco sobre haber
comido demasiado dulce de leche. Enseguida, sentada en su piano negro de cola,
empezó a cantar acompañada por su banda; batería, teclado y cello.
Spektor fue un espectáculo en sí misma, mostrando al público un solo perfil de
su cara, sus manos se desplazaban sobre el piano con facilidad mientras que
demostraba que su voz puede moverse ágil y libremente por los registros más amplios,
emular trompetas, baterías y disparos de fuego y reproducir esos recursos rítmicos
que tanto la caracterizan, todo esto con una sonrisa grande en sus rojos labios
demostrando cuanto se divertía. Presentó sus canciones nuevas del álbum “What We
Saw From The Cheap Seats” (su sexto álbum de estudio) pero no dejó de tocar
canciones de otros álbumes como The Calculation, On the Radio, Ode to Divorce y
Blue Lips. Todo esto con una naturalidad sorprendente y un humilde “Gracias” con su
dulce voz entre cada canción.
Después de comentar un poco sobre el frío que sentía, invitó a Jack Dishel al
escenario para cantar Call Them Brothers, una canción que escribieron juntos y que
está en el nuevo álbum the Only Son, “Searchlight”. Se quedó sola en el escenario para
hipnotizar al público con su cover de The Prayer de Bulat Okudzhava, una de sus
canciones favoritas en ruso, acompañada de su piano. Continuó el concierto con 10
canciones más, entre ellas algunas de sus canciones más melódicas y dulces como How
y The Call, también las más rítmicas como Eet, Folding Chair, Don’t Leave Me (Ne Me
Quitte Pas) y Oh Marcello, y dejó el escenario igual de tranquila como entró.
Al regresar, después de los aplausos, siguió cantando como si nunca hubiese
salido del escenario, salvo que esta vez con un buen abrigo para cubrirse. Spektor
demostró su humildad y sencillez cuando, tras equivocarse cantando Hotel Song, nos
regaló una gran carcajada antes de repetirla. El último tema de la noche fue Samson,
cantada solamente con su piano, dejándonos a todos con ganas de seguir escuchándola
por mucho más tiempo a pesar del frío o la hora.
Por mi parte, salí del concierto admirándola más que antes, contagiada por toda
la energía y felicidad que transmitió durante el show e impresionada por la facilidad
que tiene para interpretar sus canciones, que no son nada sencillas, cantando y
tocando tan naturalmente que parecía absolutamente espontáneo. Mi único
pensamiento al salir fue: “Quisiera poder conversar con ella”.
Quería mostrarles ésta canción de la que no me despego. Como siempre ya me imaginé un videoclip entero para ella.
Una chica caminando por una ciudad o viajando durante el atardecer. Tiene que verse el sol naranja a través de su pelo, del vidrio del colectivo, el sol sobre su piel, etc... Paseando entre un montón de gente, el polvo de la ciudad, el humo iluminado etc... Hay que filmar los edificios, las vidrieras de los cafés, la gente caminando y hablando. Ah! y tiene que ser en pleno invierno. Están todos abrigados.
Las escenas de la banda interrumpen de vez en cuando, ellos están en un departamento en un piso alto, el suelo es de madera y las paredes blancas desnudas están teñidas con el mismo sol dorado.
La chica llega por fin a un teatro, se cambia, se prepara con un montón de bailarinas vestidas como ella. Luego aparecen todas bailando de manera simultánea sobre el escenario a penas iluminando con las luces del resto del teatro apagadas (al ritmo de la percusión del tema).
Termina con la guitarra sola, al mismo tiempo terminan de bailar. Entonces se enfoca su pecho y su cuello mostrando su respiración agitada hasta que termina la canción, con la última nota se apagan las luces del escenario y todo queda a oscuras.
Seguro que ya se hizo muchas veces pero estoy contenta con lo que se me ocurrió.¿Tienen fotos o imágenes que puedan ayudarme para ilustrar mi idea? Si recibo algunas prometo subirlas, háblenme por mp.
En éste último fin de semana coincidieron muchos eventos. Fue el cumpleaños de dos amigas mías y el recital de Regina Spektor. Sobra decir que todo fue excelente.
Regina cantó en GEBA igual o mejor que en sus álbumes, de hecho no creo que editen su voz en ninguno de ellos. Me hubiese gustado que cantase "Back of a truck" que está en uno de los primeros cds (los mejores para mí) pero no hubo tiempo, tenía que hacer su nuevo álbum entero, etc... Ah! Hizo una canción en ruso y otra con su marido: fue genial. Tuve un poco de frío pero no se sintió mucho gracias al mini café de 25 pesos de Martinez que compré (malditos) y a la compañia de Andre y Manu, gracias chicas.
Ambos cumpleaños fueron divertidos, volví siempre muy tarde y sigo un poco cansada.
Me pasé el domingo con Dani haciendo poco. Vimos Anna Karenina: una película impresionante por sus trajes, por su puesta en escenea y su fotografía. Me cansó un poco el hecho de que hubiese constantemente música, no debo de estar acostumbrada a ello. No me pareció muy interesante como estaba hecho el guión, si bien se quedaron con los hechos más importantes del libro no transmitieron todo el mensaje (GRAN MENSAJE GRAN) que tiene el libro de Tolstoi. Me arrepiento un poco de haberla visto porque me faltan 100 páginas para terminar la novela y me enteré del final viendo la película... Soy bastante tonta sí... De todas maneras lo voy a terminar, hace un año que ando leyendo el libro y que estoy enamorada de él.
Estas son algunas fotos del domingo pasado. Fui al campo a lo de mi tío y disfruté de un lindo día al aire libre, comimos cordero (yum!), mucho chocolate y jugué a algunos juegos de mesa con mis primos. Gané el Clue de los simpsons, es genial! ¡Como me gusta el otoño!
Espero que hayan pasado unas lindas pascuas con sus familias.
Ya se termina la semana, ¡courage!
Ésta ciudad vale la pena por su rambla, por sus casas y por su gente. Es un gusto recorrerla en verano a la hora de la siesta porque no hay un alma en las calles arboladas y uno se siente en paz perdiéndose por ahí. Si pueden ir algun día no se tomen ningún colectivo, ¡a caminar!
Además tiene, por suerte, otro ritmo que el de la enfermiza Buenos Aires. Al principìo puede resultar extraño, a nosotros porteños, que la gente se tome su tiempo para hacer las cosas pero uno, creo yo, termina por entender y querer esa manera de proceder, que es mucho más afectuosa y ciudadosa que la nuestra. No se encuentra a nadie gritando, ni con cara de traste porque hay que hacer cola o porque hay tránsito, etc... Me ha pasado de pasear por Montevideo y que familias que comían dulces o fruta en las veredas de sus casas me conviden. Uno se siente bienvenido allí (y eso que se dice que no nos quieren nada porque somos unos tremendos prepotentes impacientes e intolerantes citadinos, cosa que para mí, es cierta).
Ah, y no se olviden de visitar la feria Tristán Narvaja los domingos al mediodía, allí venden desde partituras, libros, relojes de bolsillo, fruta, especias, cuadros y ropa hasta productos de limpieza para el baño. Tiene como diez cuadras de largo (sobre la calle Tristán Narvaja en el centro de la ciudad) y por lo menos seis o siete cuadras de feria sobre cada calle que corta la principal sobre esas 10 cuadras.
No se pierdan esas cosas, vayan al Teatro Solís que es muy lindo y pidanse un pancho en La Pasiva.
