sábado, 23 de febrero de 2013

Vacances!



Después de todo esto por fin estoy de vacaciones porque aprobé teoría musical II. Soy feliz. No tengo que rendir nada hasta julio y aún no se sabe cuando empiezo las clases, si el lunes 11 o el lunes 18 de marzo.
Pienso mirar mucho anime, series y películas. Quiero mudarme al cine de cerca de casa.
Voy a terminar todas esas lecturas que estoy teniendo en paralelo, no me gusta tener muchos libros empezados. Tengo que acabar "El viejo y el mar" y leer todas las partituras que compré éste verano en Uruguay.
Sí, y seguir con eso del deporte.
Voy a ver a mis amigas, ya tengo cosas planeadas para la semana que viene. Tengo pensado llamarlas una por una y hacer algo con ellas por la ciudad. Hace mucho que no veo gente con la que me divierto mucho y de la que terminé alejandome por cuestiones de la vida. Voy a remediarlo.
Si están rindiendo exámenes, courage! Si están trabajando vayan al cine una vez por semana, les va a cambiar la vida. Y si están de vacaciones: por favor salgan, hay miles de cosas para hacer en Buenos Aires tanto de noche como de dia.


viernes, 22 de febrero de 2013

Jiji!


¡Yay! 
¡Obtuve el tercer puesto del concurso que Monoblock hizo para San Valentín! ¡Estoy muy contenta!
Cualquier cosa, aquí está mi historia. La agenda acá abajo es el premio que debo ir a retirar. Lo mejor de todo es que todavía no tengo una para éste año porque dudé recaer en mis años pre-adolescentes y comprarme la Pascualina ejecutiva, pero al final me olvidé. Con tan pocos finales, tanto estudio y escasas actividades no voy a necesitar una hasta las primeras semanas de marzo.


lunes, 18 de febrero de 2013

Domingo


Entre amigas

 Lucía es amiga mía, recién volvió de República Dominicana y no la veía hace dos meses. De hecho me encontré con un zombie medio muerto y muy bronceado que no paraba de hablar y de darme envidia sobre su tremenda estadía allá. Me hubiese encantado ir. Debería tener en cuenta ese destino para las próximas vacaciones si plata haber y amigos querer. Fue genial volver a verla.
   
Y Denise siempre fue amiga de Lu. Pero me la robé porque me caía demasiado bien. Espero verla bastante éste año porque no puedo evitar sentirme complice con ella. Creo que tenemos un cierto poder de telepatía irónica bastante desarrollado. ¿Vieron cuando suceden cosas de las que uno se burla o se ríe interiormente y de las que nadie lo hace menos otro en el grupo que tiene esa misma mirada, es misma mueca que uno? Bueno, así es con Den.
¡Ah! ¡Y las fotos existen en serio! No son de mentira como esas digitales. Den tiene una cámara de esas de las cuales no me acuerdo el nombre ahora que imprime directamente la foto al sacarla. ¡Es genial! Si logro ahorrar un poco de dinero a la próxima persona que vaya a USA le pido una y mucho papel.
 Con todas las cosas que quiero debería hacer una lista.
 Cuidense de la tormenta que no llega más

viernes, 15 de febrero de 2013

Concurso

Hoy mandé un relato a un concurso que hace Monoblok para San Valentín.
Hay tres premios, éstos serán otorgados a la mejor historia de amor.
¡Espero ganar!


Aquí está lo que escribí:

Ésta es la historia de cómo la música me sacó todo lo que tenía.

Siempre me sedujo  y siempre la perseguí.

Así de fácil es.

Corrí detrás de ella con mi primer walkman Barbie y después el Casio, el discman, el mp3, el mp4 y el ipod. Le compré discos, casettes, cds y dvds, parlantes de plástico, parlantes de madera, 1.0, 2.0, 2.1, 5.0, 5.1, 5.2,  mono, stereo, subwoofer, auriculares comunes, auriculares con casco pequeño o grande, millones de marcas, miles de entradas para recitales, una flauta, una pandereta, una guitarra, un piano, un metrónomo y hasta libros que hablaban de ella.

Me costó unos cuantos "¡Oh, se rompió!" en la infancia mientras me escondían las pilas; otros "si estás siempre enchufada a esa mierda es normal que no te enteres de nada" en la adolescencia y algunas que otra cartas documento siendo ya un poco más grande.

A medida que crecí, empeoró. Ya había invadido 150 Go de disco rígido.


Empecé a ir todos los jueves al Colón para para volar por la sala, correr por el campo, ahogarme en una tormenta, esconderme en plena batalla y pasear por Nueva York en los años 30 sin levantarme de la butaca.

Ella era mejor que todo, mejor que el cine, que el pochoclo dulce, que las hamburguesas cuadradas de Wendy's y las papas a la crema que hace mi mamá, mejor que el chico que intimidaba en el colectivo mirándolo demasiado, mejor que perder tres kilos, que estar bien bronceada, que no ir al gym y tener panza chata igual, mejor que cualquier fiesta, que los amigos, que los libros, que el 152 vacío, que un fernet con coca helado, mejor que Twilight cuando tenía 17, mejor que cualquier obra de teatro, que andar en bici con el viento entre el pelo y que el 2x1 en Freddo de Club La Nación. Mejor que todo.

Después de los jueves en el teatro Colón, empezaron los viernes en el Auditorio Belgrano a las ocho, donde tocaba la orquesta filarmónica de Buenos Aires. No me perdía una sola función.

Y el diario llegó con su sección cultural amenazante. Sus invitaciones a coros, música de cámara, bandas sinfónicas, orquestas juveniles, festivales de Jazz, festivales de Tango y festivales de todo me agotaban. Mis amigos no me acompañaban porque les resultaba aburrido. No me importaba mientras ella me volviese feliz cuando era buena y miserable al ser cruel

Y bueno, ahí estaba yo, perdida en la ciudad. Sola en diferentes museos o salas con tal de oírla hablar cara a cara sin cables.

Aquí señores, empieza la verdadera caída

Una noche en la cámara de comercio estaba tocando la filarmónica de Buenos Aires e interpretaron la Bachiana Brasilera Nº4 de Villa-Lobos.
El primer movimiento me volvió desgraciada. El segundo me enamoró por milésima vez. El tercero comenzó a trazar un nuevo plan en mi cabeza y el cuarto terminó poniendo mi pie derecho por primera vez del otro lado.
Y el yunque cayó sobre mi cabeza como en los dibujitos animados: me di tristemente cuenta de que no era mía.

Yo no sabía leer y no sabía tocar. Era una pobre analfabeta.

No la entendía y por lo tanto no la poseía.

Esa noche mi satisfacción por el amor que tenía por esta afición cayo al piso y se destrozó.

El día siguiente llamé a mi prima y le pedí prestado su horrible tecladito eléctrico. A la semana empecé a tomar clases de piano con el hermano de una amiga. Aprendí a leer. A los dos meses supe algo de armonía y de contrapunto. Empecé a componer pequeñas esbozos bastante feos. Dejé la univeridad y a todos los amigos que había hecho en ella. Busqué y conseguí un trabajo.

Actuaba con la certeza y confianza con la que actúa una enferma.

Opté por miles de diferentes carreras cortas para que mi madre pare de lamentarse. Necesitaba algo que me deje tiempo para dedicarme a la música y que me de suficiente dinero más tarde para mantenerla. Mencioné millones pero no me anoté en ninguna hasta que tuve el valor de decidirme.

Composición musical.

Mi padre me rogó que me vaya de casa y mi hermana me dijo que nunca tendría plata ni para pagarme una tumba bajo el puente en el que viviría. Supuse en el momento que con un hermano que estudiaba ingeniería y una hermana que estudiaba relaciones internacionales las cosas estarían un poco complicadas para mí.

Sin un peso porque me lo gastaba todo en partituras.
Sin amigos porque los había abandonado.
Sin familia porque los había defraudado.

Así la música me sacó todo lo que tenía, y con tiempo, esfuerzo y trabajo, poco a poco, me lo fue devolviendo.

martes, 12 de febrero de 2013

Domingo

 
Puede resultarles extraño el hacer un post sobre domingos un martes pero la verdad es que no tuve mucho tiempo para sentarme tranquila a escribir y realmente tenía ganas de compartir esto.

Luego de haber ido a ver Django al cine, disfrutarla mucho (en serio, creo que es la que más me gusta de Tarantino), tomado un café con un muffin de banana y nuez (lo mejor después del roll de manzana) y esperado un buen rato para salir del lugar a que la calle inundada desagotara fui a casa. Me cambié y decidí con Tom ir corriendo hasta su casa desde la mía. Me fijé en google maps y son unos 5.6 km. Preparé una mochila con lo necesario para estudiar y la ropa para la fiesta de cumpleaños de un amigo que se hacía el día siguiente. Tomé una campera que en el momento parecía impermeable (termino no siéndolo) y salimos.
Fue un placer, porque era de noche, llovía, y había preparado una buena lista de canciones para correr. A demás el recorrido tan simple pero tan genial ayudó mucho. Corrí por la avenida Libertador del lado de los parques y bosques dónde todo se veía negro, azul y verde oscuro. Esa masa de colores oponiéndose a las luces rojas y amarillentas de los autos empañados parecía un cuadro en acción en el que yo, pequeño individuo lento (digamos la verdad) y todo negro corría a su vez contrastando mi calor con el viento frío y el agua que chocaba constantemente mi cara. El perfume de los pinos, de la tierra mojada y de los eucaliptos volvieron esos 30 o 40 minutos mágicos.
Les dejé ahí arriba el tema que sonó con más lógica dentro de todo esto en mis auriculares.
Que estén bien.

lunes, 11 de febrero de 2013

Tendinaitis II Noooooah!

Bueno, fui a ésta fundación de la mano de músico ahí sobre Rivadavia.
<ironía> Tienen a un personal en la secretaría muy eficiente y con todo muy organizado. <ironía/> No, seriamente, tenían fotocopias desparramadas por todas partes y les entregaban a los doctores los nombres de los pacientes en papelitos porque perdían sus historias clínicas.
De todas maneras, ese no es el punto. Esperé un buen rato y me atendió el doctor Balán. Respondí unas cuantas preguntas y se burló de la siguiente casilla que yo había llenado unos minutos antes:

Deportes: -

Intenté excursarme con esos meses en los que iba y volvía a la facu en bici. No funcionó.
Me preguntó por mi cama y le expliqué que duermo basicamente sobre dos colchones encimados de 15 años cada uno por lo menos y ese todo sobre un armazón de metal. Después del cuestionario me pidió que le describa mis casi 2 años de dolor en los brazos (muñecas, antebrazos y codos), cómo empezó y cómo se desarrolló. Luego de contarle todo lo que escribí en éste post me examinó y me dijo:

"Negra, vos tendinitis no tenés."

O.O ¿Aleluya? Lo que tengo según el médico es un sindrome por sobreuso muscular. "Es una patología que aparece cuando un tejido es usado en forma repetitiva y sufre un stress más allá de su límite ya sea hueso, músculo ligamento o tendón." Se supone que mi antebrazo desde hace dos años tiene los musculos muy encogidos y abarrotados al no querer hacer esfuerzo. Eso se debe al cambio de técnica que me infligió un profesor, el tocar tensa y el no estirar luego de estar en el piano. 
Hizo mucho hincapié en que el tocar un instrumento es como un deporte. Que si bien uno no transpira ni cambia de pulso cardíaco lo es igual. Que mis manos son como las piernas de un deportista, que no puedo mandar un tipo a correr a la cancha seis horas sin calentar, descansar y luego estirar. Que lo mato.
Así que: primer mandamiento, calentaras, descansaras 10 m. las manos luego de tocar 40 m., y elongaras cada tres horas y al final de cada día de estudio CUANO ESTÉ SANA Y DE POR VIDA. Mientras tanto, no puedo tocar más de 40 minutos por día sin dolor y siguiendo el mismo instructivo recién mencionado.
Segundo mandamiento: irás al kinesiólogo que trabaja conmigo de dos a tres veces por semana. Se supone que éste señor tambien trabaja con instrumentistas, que yo tengo la espalda hecha una piedra y que mis brazos necesitan una mano.
Tercer mandamiento: harás deporte. Por lo menos media hora, tres veces por semana o cada dos días. Nada de deportes de contacto para no empeorar la situación. Sólo aeróbico: natación, correr o caminar. (Bici por ahora no por los brazos). Me quiero matar.
Cuarto mandamiento: estarás menos en la compu. Una gran parte de los clientes que reciben son oficinistas, y a veces están mucho peor que yo. Y si toco y quiero descansar no tengo que ir a ella. Ah ! Y menos celu, pero por eso no me preocupo. No sé ni dónde está y si tiene batería. El síndrome de dependencia smartphone aún no me agarró.
Quinto mandamiento: comerás bien. Por eso tampoco me agito, como bien.
Sexto mandamiento: respetarás las horas de sueño.
Consejo: ver una pianista que él me recomendó que desarrolló una técnica sin tensiones y con relajación casi completa (lo necesario para que te deje tocar el piano).

Creo que eso es todo. El médico me gustó mucho. Parecía haber visto miles de casos como el mío y sin embargo contestó todas mis preguntas con paciencia y claridad. Me contó que más o menos el 70% de los pacientes que los consultan fueron diagnosticados con tendinitis y en realidad tienen éste sindrome por sobreuso. Me reí cuando le dije que me dolían los músculos y enseguida me preguntó qué me habían diagnosticado.
Bueno, a intentarlo. El miércoles empiezo con el quinesiólogo. Al doctor lo veo dentro de 10 sesiones y con unas placas en mano. Tengo que admitir que estoy bastante entudiasmada.
 Ah, y contenta también porque ellos no tienen mi prepaga pero Swiss me va a cubrir los gastos de todas maneras porque tiene un techo que me da por año para cubrir consultas externas a médicos y kinesiólogos.
That's all folks!
 

lunes, 4 de febrero de 2013

Daughter


Daughter es una banda londinense formada por Elena Tonra, Igor Haefeli y Remi Aguilella. Creo haberlos descubierto hace unos meses sufriendo otro capítulo de Grey's Anatomy. Me enamoré en ese entonces y sigo estándolo. Si pudiese cantar y tuviese una banda me gustaría hacer algo de este estilo.
Les dejo su nube de sonido para que puedan escuchar lo que hacen.

Por ahora sólo tienen dos EP: His Young Heart y Wild Youth. Ambos son excelentes ♥

Un pequeño pedacito de letra que me gustó:
And if you're still breathing, you're the lucky ones.'Cause most of us are heaving through corrupted ungs Setting fire to our insides for fun Collecting names of the lovers that went wrong The lovers that went wrong.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...